El arte y la técnica del tapiz surgen como una necesidad de decorar los tejidos, destinados tanto a la vestimenta como al entorno.
Las primeras referencias a la tapicería occidental son literarias, se remontan a la poesía épica de Homero que, en su libro "La Odisea" (s. IX a. de C.) nos describe a Penélope tejiendo un lienzo. En el siglo I, Ovidio nos cuenta en "Las Metamorfosis" el reto entre Aracne y la diosa Minerva.
Este arte fue practicado por todas las antiguas civilizaciones, especialmente por los habitantes de Mesopotamia (sumerios, babilonios, persas y armenios, entre otros) donde la benignidad del clima y la fertilidad de la tierra provocaron el nacimiento de una gran cultura de la cual, probablemente, los egipcios aprendieron la técnica del tapiz.
Para los egipcios cristianos, llamados coptos, el arte del tapiz era su medio de expresión favorito.
Conservamos numerosos testimonios en el Museo del ermitage en el Louvre, así como en el Museo Textil de Tarrasa.
Los tapices coptos, sirven de puente entre la antigüedad y la Edad Media. Llegaron a Europa a través de los árabes, de los artesanos nómadas que huían de las guerras, se movían por motivos económicos o de supervivencia y de las consecuencias comerciales de las Cruzadas.
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